Es extraño que el indio promotor de
la Coka de Bolivia, Evo, el que nunca pudo ir a la escuela porque no quiso
aprender en español por el odio que sentía que España lo hubiera descubierto y
domesticado, no se haya unido a la gran traición a las Américas con esos dos
países. Con Mujica de Uruguay, que se le resalta su aparente sencillez, la que al
descubrirse era para encubrir y aminorar el desprecio que le acompaña por el
recuerdo de ser un excomunista tupamaro, no sorprendió a nadie. Como no podía
imponer en Uruguay su sistema opresivo del amigo carcelero de la isla aquella
del Caribe, pues, ¿qué mejor que introducir en el pueblo el vicio colectivo de
la Marihuana? Y así hizo. Pero el daño era muy pequeño, y maquinaba uno más grande,
y la guerra y despojos entre Israel y Hamas le dieron la oportunidad de ofertar
su país para que unos cientos de niños con sus padres, se vinieran de allí a
vivir en Uruguay (una mujer tenía diez hijos). Lo mismo planea hacer el
incapaz, analfabeto Maduro de Venezuela. ¿Y quién no sabe lo que son los
musulmanes (la mayoría), aunque sean niños? Por todos los países de Europa,
EE.UU., Australia, etc., los islámicos
se han ido como las langostas del Egipto faraónico. ¿Y qué han hecho allí al poco
tiempo? Han demostrado su principal característica: su inmensa ingratitud, pagándole
con violencia, odio, asesinatos, ofensas, amenazas, terrorismo, asaltos a los
ciudadanos de esos países que los recibieron. En EE.UU ya se sabe lo qué
hicieron el 9-11-2001 con las Torres Gemelas. Todos fueron musulmanes que hasta
becas recibieron para estudiar allí. Un hijo de musulmán nacido en EU hubo que
matarlo vía Drones por Yemen al promover los asesinatos de los estadounidenses
por las redes. El musulmán Hassan, Mayor del US Army asesinó en Texas a 13
soldados después de quitarse el uniforme y ponerse la bata musulmana. Por Inglaterra pusieron bombas por los trenes
matando cerca de cien y se recuerda el brutal asesinato del militar británico por
dos afros islámicos. Y lo hicieron hijos de musulmanes. Por España, Francia,
Suecia, donde quiera que hay un musulmán hay problemas de violencias y asaltos
contra sus ciudadanos. Y así ellos actúan por su propia naturaleza, y porque así
se lo exige el libro que deben estudiar diariamente hasta memorizar so pena de
latigazos y muertes. Es su tenebroso libro el Corán, de las leyes costumbristas
que datan del Siglo VII y que las aplican hoy como ayer, en las que se ordenan
las cosas más horripilantes y anormales de la humanidad, especialmente para
odiar, matar, imponer, etc., con la llamada ley Sharia. Los musulmanes siguen
al pie de la letra lo que su libro y su Sharia les obligan hacer so pena de la
muerte. ¿Son ellos culpables, su religión o su Sharia? Los tres son culpables
porque forman un conjunto indivisible y siempre con algunas excepciones, se
nota que cumplen lo que dicen sus versos con gran devoción. Y no pueden cambiar,
modernizar ni humanizar como hizo el cristianismo, porque tienen un círculo
vicioso de ignorancia, violencia y muerte para los que mínimamente intenten
cambiar algo. El analfabeto de Venezuela quiere hacer lo mismo, traer niños
musulmanes de Palestina (si fueran árabes cristianos, bienvenidos) para mostrar
su gran amor humanista y para herir a Israel y la falsedad de ambos brota en
que en Haití, México y Centroamérica hay muchos niños que también necesitan
ayuda, pero a ésos estos farsantes no les ofrecen nada. Quieren traer musulmanes
para que dentro de unos años ellos o/y sus hijos hagan lo mismo: terrorismo e
ingratitud. Así el Mujica añade un daño más en su feo caminar, y lo mismo hace
el hijo de Chávez quien ya le había enseñado cómo ser buen traidor con sus
contactos y contratos con el país más terrorista del mundo: Irán. Así la indefensa
América, que España la libró en el Siglo XV de que el Islamismo no cruzara el Atlántico,
hoy estos traidores quieren hacerlo. CRITICA SOCIAL.ANTICRITICA.BLOGSPOT.COM
lunes, 1 de septiembre de 2014
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